Padres y Adolescencia
Vivimos hoy en una sociedad de cambios frecuentes y violentos, donde los medios de comunicación inciden en las formas de relacionarse en la familia. Esto hace que los padres se sientan vulnerables e inseguros en la crianza de los hijos, más aun si tiene hijos en la adolescencia.
¿Cómo educar a un hijo en la adolescencia? ¿Debo ser autoritario o amigo?, ¿Debo consentir o prohibir?… se preguntan frecuentemente los padres, el no saber como actuar deja un sabor de temor y desorientación, frente a la función de padres.
¿Por qué es tan difícil relacionarse con los hijos en la adolescencia? Muchas veces la crisis se origina, en que el adolescente es tratado como a un niño y se le exige como a un adulto. Ya no es niño, pero todavía no es adulto, se encuentra en un período de transición, en el que la rebeldía, el desarreglo emotivo, el narcisismo, los sentimientos de inseguridad y angustia, la crisis de identidad multiplican los conflictos. Esta crisis no sólo afecta a los hijos sino que también a sus padres y son precisamente ellos quienes generan mayor estrés en esta etapa.
La diferencia de generación, no hace fácil la comunicación y el entendimiento, la intolerancia, el que los padres quieran hacer de ellos una copia suya o que realicen lo que ellos no pudieron hacer, el cansancio, la permisividad, son algunos de esos baches que pueden hacer desequilibrar la convivencia y no solo lastimar al adolescente sino tornarlo inseguro, con un pobre autoconcepto e incapaz de adaptarse crítica y funcionalmente a una sociedad en permanente metamorfosis.
Gracias a la brecha generacional, el concepto de la vida como padre no coincide con la del hijo. Esa dualidad de visión, es una grieta que separa de manera abismal al adolescente de sus padres, formas tan distintas de mirar la vida: mirarla desde atrás y observarla por adelante; los padres hablan desde la experiencia personal y su hijo responde desde la inexperiencia; los padres quieren imponerle su visión de las cosas y quizá su hijo ni le entiende ni quiere hacerlo, esta ávido de explorar, descubrir, de aprender experimentando…
Es posible lograr un acercamiento entre padres e hijos en la adolescencia a medida que se le brinde confianza al adolescente, fiarse de los hijos es una condición indispensable para que los hijos confíen en los padres y les hablen de sus cosas personales favoreciendo la comunicación y comprensión.
Es necesario que se entienda que durante la adolescencia se produce una separación emocional y física del adolescente con respecto a sus padres, siendo ello, un paso necesario en la transición hacia la adultez, el hecho de que los padres estén preparados, hace más fácil este proceso, tanto para ellos como para sus hijos.
Como padres se aspira educar hijos libres, que no sean esclavos de sus temores, prejuicios, ego, ni mediocridad. Que puedan desenvolverse con soltura y dignidad en la sociedad y obedezcan a una conciencia ética y autónoma. Una libertad que debe darse en proporción a la responsabilidad que ellos demuestren.
El rol de los padres es sumamente importante en la formación de la personalidad de su hijo, el ejemplo es una herramienta de primer orden para establecer hábitos de conductas en el joven siendo los primeros y más cercanos modelos, los padres. Ellos aprenden de lo que dicen sus padres pero fundamentalmente por lo que son; es necesaria la coherencia entre lo que son, dicen y hacen, de ello dependerá la solidez de la educación. Si estos tres órdenes se divorcian la educación queda rota. Los adolescentes tienen que asumir e integrar a sus vidas los valores, que influirán de manera significativa en su desempeño personal guiando y orientando su conducta.
Jenny Melchor Canevaro, Educadora y psicoterapeuta