Los Hijos y los Límites
¿En que consisten los límites?
Los límites son para que pueda haber libertad. Justamente lo contrario de lo que podría pensarse: no cercenan la libertad, la otorgan.
La ruta tiene rayas blancas a los costados, demarcatorias y una línea segmentada en el medio. La ruta esta demarcada. Está el adentro, está el afuera y esta el medio.
Sin esas rayas a los costados, sin esos límites señalados, la gran libertad del camino es un caos de ceguera y miedo, incertidumbre y vacilación.
Entonces podemos definir a los límites como las delimitaciones del camino, en cercos protectores, en marcos contenedores y referenciales.
No son un fin en sí, son un instrumento para realizar fines. Cuando ellos están uno puede actuar y elegir. Hasta, si quiere, puede salirse del camino. También para salirse hay que conocer los límites.
Las rayas no son el camino; el camino esta entre ellas y dentro de ese estar entre ellas tu puedes elegir el ritmo, el movimiento, el desplazamiento, la velocidad, el rumbo, el que, el cuando, el como y si quieres dejas de moverte, te detienes y todo lo que tu fecunda imaginación de proponga. Lo puedes realizar sabiendo que va adentro y que va afuera de esos límites, de esas rayas. Y eliges.
Esa es tu libertad, y la tienes porque tienes límites
En el pasado el valor era el anciano, la presencia de la tradición. El nuevo siglo coloco al niño al centro de la nueva historia. Ya no es lo viejo lo que vale, sino lo nuevo, no es la conservación de las tradiciones lo que merece aplauso, sino el cambio, lo joven, que por el solo hecho de ser joven ya significa renovación, apertura hacia un futuro de progreso.
¡Libertad!, el niño debe determinar cual ha de ser su rumbo. Entonces padres y maestros se corrieron a un costado para dejar pasar a su majestad el niño, el adolescente, el joven, el nuevo mundo y el mundo de lo nuevo
En Mayo de 1968 se escribió en París: Prohibido prohibir. Prohibido no ser joven y el niño que camina en el medio, no creció más feliz ni alcanzo las alturas de la libertad. Por el contrario, creció en el vacío, sin límites, sin fronteras, sin carteles orientadores, sin sustento, sin apoyo. En consecuencia no creció.
Los limites, lo que todos hemos perdido: nuestros hijos porque no los conocieron, nosotros porque nos desprendimos de ellos. Los límites son las coordenadas de los valores, de las creencias, de los modales, de las maneras y en fin de las reglas de la existencia y de la coexistencia. De la identidad. Por ellos uno es o puede llegar a ser “alguien”.
Vivir es vivir entre limites, en algún encuadre, entre horizontes. Dentro de ese espacio germina y se desarrolla la libertad. Interpretamos mal: creíamos que la libertad se da. y no es cierto: la libertad no se da, la libertad se toma, se arranca, se conquista, se logra, se esculpe, abatiendo esclavitudes, confrontándose con limites, aceptando unos, rechazando otros, pero usándolos como referentes en el camino.
Además la libertad es un medio, no un fin. Ahí la tienes, para hacer algo con ella, algo que tú elijas. ¿Y como se elige? Se elige entre opciones. Las opciones son los límites dentro de los cuales la libertad adquiere sentido, al rechazar unos y adoptar otros.
“Es libre el que elige un proyecto de vida”
(Fuente: Los hijos y los Límites de Jaime Barilko)