La toxina botulínica es una solución sencilla contra la sudoración excesiva
La sudoración es uno de los principales mecanismos que nuestro cuerpo utiliza para regular su temperatura. Como respuesta a un ambiente con altas temperaturas, nuestro cuerpo reacciona produciendo gotas de sudor que se vierten hacia la superficie de nuestra piel. Cuando estas gotas se evaporan, provocan sensación de frescor y bajada de la temperatura corporal.
¿Por qué sudamos excesivamente?
Cuando nuestro sistema nervioso autónomo estimula en exceso a nuestras glándulas sudoríparas, se produce más sudor del necesario para cumplir su función fisiológica, produciéndose el exceso de sudoración, llamado “hiperhidrosis”. Las causas pueden abarcar desde cuadros de estrés emocional, ansiedad, esfuerzos físicos, hipertiroidismo, terapia hormonal, menopausia u obesidad hasta enfermedades psiquiátricas, observándose también una tendencia familiar y manifiestándose globalmente en aproximadamente un 0’5% de la población.
¿Qué zonas son las que más frecuentemente se ven afectadas?
Aunque en principio cualquier zona corporal sería susceptible de sufrir hiperhidrosis, las zonas más frecuentes donde se produce es en las axilas, las palmas de las manos, la cara y la planta de los pies.
¿Cómo podemos tratar la hiperhidrosis?
A lo largo de los años se han probado gran cantidad de tratamientos contra la hiperhidrosis. Pero en la actualidad, los dos tratamientos que mejores resultados han dado han sido la simpatectomía torácica por videotoracoscopia y las inyecciones locales con toxina botulínica. Y de estas dos técnicas, la inyección local con toxina botulínica se ha convertido en la única alternativa no quirúrgica para el tratamiento de este problema.
¿Cómo se realiza la técnica?
La técnica consiste en la infiltración de pequeñas cantidades de toxina botulínica en las zonas afectadas, mediante una aguja de pequeño calibre, y de forma ambulatoria en la propia consulta. Dicha técnica no es molesta ni dolorosa, consiguiendo una notable mejoría de la calidad de vida del paciente, puesto que la hipersudoración disminuye de forma drástica a corto plazo.
¿Cuándo empieza a notarse el efecto y cuánto dura?
La disminución de la sudoración comienza a notarse a los cuatro o cinco días de la sesión de infiltración, alcanzando el efecto completo entre los diez y quince días. Por otro lado, la duración del efecto varía entre cuatro meses y un año, con una duración media de ocho meses en la mayoría de los pacientes. Pasado este tiempo, sería necesario volver a repetir el tratamiento.
¿Tengo que tomar precauciones después de la sesión de infiltración?
Durante las dos horas posteriores al tratamiento se aconseja no realizar ejercicios físicos intensos ni someterse a tratamientos de sauna o baños calientes.
¿Existen efectos secundarios?
Los únicos efectos secundarios que pueden aparacer son síntomas parecidos a los de una gripe común o experimentar una leve sensación dolorosa en los lugares de inyección, síntomas que suelen desaparecer en unos pocos días.