Mi mamá es como la Moni, del programa ese que pasan por la tele: casada con hijos. Es casi, casi, igualita.
Es petisa como la protagonista, es despistada como ella, (puede llegar a olvidarse de comprar papel higiénico y darse cuenta justo en el preciso momento en que está en el baño o los fósforos y maldecir frente a la hornalla de la cocina) y salvo la excepción de que no tiene marido, pero tuvo: mi papá (que, encima y para peor de males, era muy parecido a Pepe, el consorte ficcional de mamá Moni), hasta tiene dos hijos, yo y mi hermano.