Cuidados de la piel contra el cáncer
El bronceado supone un estado estético que poco tiene que ver con la salud, se debe mas que nada a una asociación de ideas. El afán de lucir bronceados se traduce en deshidratación, flacidez, arrugas y envejecimiento. Sin duda la parte de nuestro cuerpo que es más afectada es el rostro pues se muestra a la intemperie todo el año.
Necesitamos el sol para obtener la vitamina D, que en días soleados la obtenemos con diez minutos de paseo al aire libre, esto influye también positivamente en el estado anímico.
Los rayos solares alteran el ADN de los melanocitos (células responsables de la coloración de la piel) y originan lesiones cancerosas además, los efectos del sol son acumulativos. Liberarse de sus consecuencias sin la ayuda de protectores solares sería prácticamente imposible.
Lo mejor es protegerse durante todo el año con filtros elevados de protección solar, sobre todo los que tienen mas riesgo de sufrir melanoma: Personas rubias o pelirrojas, con antecedentes familiares de melanoma maligno, las que tengan más de 50 lunares y las que hayan padecido tres o mas quemaduras con ampollas antes de los 20 años.
Lesiones más comunes
Quemadura Solar. La zona enrojecida debe tratarse con agua fría y productos hidratantes como el gel de aloe vera. En caso de ampollas, acudir al médico.
Lupus Eritematoso. Lesiones dérmicas faciales de color rosado.
Lucitis. Erupción en forma de urticaria tras tomar excesivamente el sol. Se experimenta picor e inflamación.
Otras erupciones. Se presentan en forma de prurito, eritemas, etc. En hombros, cuello, pecho y brazos sobre todo, que puedan persistir durante 6 o 7 días.
Carcinomas espinocelulares y basocelulares. Menos peligroso que el melanoma, pues se origina en los queratinocitos, por lo que pueden extenderse a otros órganos del cuerpo.
Melanoma. Tumor que se presenta en forma de mancha pigmentada y puede picar molestar o sangrar. Si se detecta a tiempo puede curarse en caso contrario puede ser mortal.