El mejor regalo para el bebé
La lactancia es el mejor regalo que puede darle a su bebé, además de aportarle los nutrientes y anticuerpos que lo mantendrán sano, se generará fuerte lazo afectivo, amamantar a un bebé puede ser una experiencia maravillosa para ambos. Proporciona una nutrición ideal y una experiencia de vinculación muy especial de la que muchas madres disfrutan enormemente.
Es una de las primeras decisiones que tienen que tomar los padres, elegir entre lactancia materna o artificial, sin duda alguna la lactancia materna es la mejor opción para alimentar al bebé, aunque no siempre es posible por diferentes causas entre ellas concideraciones médicas.
Los principales beneficios de la lactancia materna para el bebé son:
Protección. Los anticuerpos que la madre trasmite al bebé a través de la leche materna pueden ayudar a disminuir la incidencia de muchos trastornos, incluyendo:
- las infecciones de oído
- las diarreas
- las infecciones respiratorias
- la meningitis
Hay otros factores que contribuyen a proteger a los bebés amantados contra las infecciones, al favorecer este tipo de lactancia el buen funcionamiento del sistema inmunitario, aumentando las defensas contra las infecciones y disminuyendo la proliferación de microorganismos nocivos como las bacterias y los virus.
La lactancia materna es especialmente beneficiosa para los bebés prematuros y también puede proteger a los pequeños contra:
- las alergias
- el asma
- la diabetes
- la obesidad
- el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)
En conjunto, los bebés amamantados tienen menos infecciones y se tienen que hospitalizar menos frecuentemente que los alimentados con leche artificial.
Nutrición. Los componentes de la leche materna -lactosa, proteína (suero y caseína) y grasa– a menudo denominados la “comida perfecta” para los bebés humanos, son fácilmente digeribles por el sistema digestivo, todavía inmaduro, del recién nacido.
Las leches comercializadas intentan reproducir los ingredientes de la leche humana y cada vez se están acercando más, aunque no han conseguido reproducir su composición exacta. ¿Por qué? Porque algunos de los componentes más complejos de la leche materna son demasiado difíciles de fabricar artificialmente y hay algunos que todavía no se han identificado.
Sin costo. La leche materna no cuesta ni un céntimo. Y, debido a sus propiedades inmunitarias y a los anticuerpos que contiene, los bebés amamantados enferman menos que los alimentados con leche artificial. Las mujeres que amamantan a sus hijos tienen que faltar menos al trabajo para cuidarlos cuando se ponen enfermos.
Disponibilidad. Sin tener que hacer carreras de última hora al supermercado, la leche materna siempre está disponible y lista para tomar. Y tampoco hace falta calentar biberones a media noche.
Bebés más listos. Algunos estudios sugieren que los niños alimentados exclusivamente con leche materna tienen CI ligeramente más altos que los alimentados con leche artificial.
Contacto “piel a piel”. Muchas madres disfrutan enormemente de la íntima conexión que establecen con sus bebés cuando los amamantan. Y el contacto piel a piel puede contribuir a afianzar el vínculo emocional que se establece entre madre e hijo.
Beneficios para la madre.
La lactancia también quema calorías y ayuda a que el útero se encoja tras el parto, de modo que las madres que amamantan a sus hijos recuperan la figura y pierden peso más deprisa. Así mismo, los estudios muestran que la lactancia materna ayuda a reducir el riesgo de cáncer de mama y también es posible que ayude a reducir el riesgo de cáncer de útero y de ovarios.
Fuente: Kidshealt