El insomnio está relacionado con otros problemas de salud
La falta o exceso de sueño en adultos y niños no debe tomarse a la ligera. La neuróloga internista, Elena Majano de Carías, especialista en medicina del sueño y movimientos anormales, explica las características de un buen sueño y los trastornos más frecuentes que afectan a adultos y niños.
Majano define un buen sueño como aquel en el que la persona va a la cama con sueño, una vez está en ella no le cuesta iniciarlo, no tiene dificultad para mantenerlo y consolidarlo; además a la mañana siguiente despierta con la sensación de un sueño reparador, descansado y listo para empezar actividades.
La especialista en medicina del sueño, detalló que el buen sueño se puede lograr independientemente del número de horas que cada persona duerma. Con eso se refiere a la predisposición genética que algunos tienen a obtener este beneficio en cinco horas y otros en ocho y diez horas.
Según explicó, un adulto tiene un sueño normal cuando requiere de siete u ocho horas. Cuatro es patología.
Majano de Carías, quien hizo la neurología clínica y el postgrado en Medicina del Sueño en el Hospital Universitario de Berna, Suiza, expuso que los estilos de vida de las personas, generalmente cargados con estrés, ansiedad, depresión y malos hábitos en la higiene del sueño puede llevarla a sufrir insomnio.
Entre esos desarreglos están tener cenas muy fuertes entrada la noche e irse directamente a la cama, ejercitarse muy tarde.
Los dolores crónicos, migraña, jaquecas, artritis, también son causa de alteración del sueño.
Majano de Carías, manifestó que el insomnio puede tratarse con terapia cognitiva conductual. El tiempo de recuperación varía entre cada individuo dependiendo de cuánto lleva durmiendo mal, que enfermedades o adicciones a fármacos para dormir tenga.
“La terapia cognitiva conductual va a cambiar aspectos negativos en el paciente, que pueden estar contribuyendo a no dormir. Muchas veces los pacientes resuelven el problema al adecuárseles los hábitos y horarios, pero a veces no. Entonces se lleva a un tratamiento con medicamentos, pero sabiendo que se utilizarán por un tiempo”, precisó.
El mal dormir puede incidir en la vida de los pacientes, ya que éste puede comenzar a tener problemas de memoria a corto plazo, dificultad para concentrarse, para reaccionar y estar alerta.
Genera cambios en la personalidad, y aunque la gente no sea depresiva o ansiosa tiende a llegar a ello.
Una característica importante del que no duerme bien es el dolor de cabeza a primeras horas de la noche. Ese es un síntoma que comparten las personas que tienen hipertensión arterial elevada.
“La gente que duerme mal, porque es insomne o porque tiene síndrome de apnea de sueño (pausas de la respiración durante el sueño), tiene dolor de cabeza y el paciente debe consultar cuando presenta somnolencia excesiva diurna, un síntoma que es la bandera roja de la mayoría de trastornos de sueño”, puntualizó.
Con ello se refiere a las personas que se duermen en cualquier lado, en una reunión, en una sala de espera, cuando hablan con alguien y están cabeceando o han tenido accidentes de tránsito porque se han quedado dormido manejando.
Si bien no hay investigaciones locales sobre los problemas de sueño entre la población, la experiencia que la especialista acumuló durante sus estudios en el Instituto de Neurociencia de la Fundación Favaloro de Buenos Aires, Argentina, la llevan a explicar que el insomnio por ansiedad lo sufren más las mujeres, y por depresión un poco más que los hombres.
Sin embargo, los trastornos debido a la apnea de sueño lo tienen los hombres de un 6o a 70 por ciento: esos roncadores gorditos, de cuello corto y ancho. Aunque en las mujeres durante la menopausia empiezan a roncar y a sufrir apneas de sueño.
Trastorno de sueño MOR
Este es el más importante en los adultos. Se trata de movimientos oculares rápidos: el paciente actúa en los sueños. Sueña que lo persiguen o que lo asaltan.
“Generalmente son sueños desagradables. Por lo general se da en hombres arriba de los 50 años, a predominio de la mujer”, explica la doctora. En estos casos hay personas que se caen de la cama, que dan manotazos o que han mordido o golpeado a la pareja.
En un 40 o 45 por ciento de los casos se da cinco o diez años antes de que se presente la enfermedad del Parkinson.
Un paciente con problema de sueño MOR no solo se trata por los aspectos clínicos, sino también a partir de lo que cuenta el esposo o la esposa. A la persona afectada se le hace el estudio llamado Polisonografía nocturna, que es el estudio del sueño durante la noche.
De acuerdo con lo externado por Majano hay tratamiento para mitigarlo, pero no para curarlo. Siempre deben estar bajo vigilancia.
Los trastornos del sueño también se da en los infantes
Majano subraya que el 80 por ciento de los problemas de sueño en niños es por malos hábitos, entre los que están dormir con los padres, cuando se les da chocolate o gaseosa en las últimas horas de la tarde y por hacerlos que duerman en el sillón y luego pasarlos a la cama.
El otro 20 por ciento de niños con problemas de sueño son los que tienen adenoides grandes (amígdalas), que tienen problemas respiratorios, que están roncando desde pequeños y tienen apnea. Todo su problema se resuelve cuando los operan.
Otros problemas de sueño en los niños son las pesadillas y terrores nocturnos. Según la neuróloga estos casos no se tratan con fármacos. “Solo se va a la historia para ver qué pasa en el día del niño: quien cuida de él, que programas de televisión ve y que cuentos le leen para ver cómo influyen sus vivencias en el sueño”, agregó la profesional.
El sonambulismo es otro trastorno que afecta a los niños, pero que según Majano no los predispone a que sufran otras enfermedades.
Las personas cuyos abuelos y padres han sido sonámbulos tienen más predisposición a serlo, pero se puede superar. Puede tratarse con la terapia cognitiva conductual y cuando el problema es agresivo, por ejemplo en aquellos casos que las personas abren la puerta de su casa y manejan dormidos se les indica medicación por corto tiempo.