Un derivado de la vitamina A inhibe el cáncer de mama
Un derivado de la vitamina A inhibe el cáncer de mama en sus fases iniciales, según un estudio del Centro del Cáncer Fox Chase que se ha hecho público durante la reunión anual de la Asociación Americana de Investigación del Cáncer que se celebra en Orlando (Estados Unidos).
El ácido retinoico, un derivado de la vitamina A que se encuentra en zanahorias y batatas, podría convertirse en una prometedora terapia para el cáncer debido a que afecta al crecimiento, proliferación y supervivencia celular. Aunque se está probando en una variedad de ensayos clínicos, su éxito para combatir el cáncer no ha sido aún demostrado.
Los investigadores, dirigidos por Sandra Fernández, han identificado ahora aspectos críticos del modo de actuación del ácido retinoico y han dado un importante paso adelante para desarrollar tratamientos de éxito en los pacientes.
El ácido retinoico se une al receptor beta del ácido retinoico (RAR-beta) y podría ser este proceso el que suprime los tumores. Una disminución en los niveles de RAR-beta en los tumores se asocia con la progresión del cáncer y un aumento se vincula a las respuestas positivas ante ciertas intervenciones clínicas. Se cree que el receptor activado limita el crecimiento celular al regular la expresión genética pero se desconocen los mecanismos subyacentes.
El objetivo de los autores era identificar las condiciones específicas bajo las que el ácido retinoico inhibe e incluso revierte el crecimiento de masas anormales en las mamas.
Para ello, los investigadores desarrollaron un sistema de cultivo que consistía en cuatro líneas celulares que representaban diferentes fases del cáncer: células de mama humanas normales; células transformadas, que dan lugar a masas sólidas al ser expuestas a carcinógenos; células invasivas, que son capaces de atravesar las barreras del tejido mamario y expandirse a otras partes del cuerpo; y células tumorales, que se forman cuando las células invasivas se inyectan en tejido graso mamario de ratones y que muestran todas las características de las células malignas del cáncer de mama.
Según explica Fernández, “descubrimos que el gen RAR-beta se activa en dos de las fases más iniciales del cáncer, pero que está silenciado en las dos fases finales. Estos cambios en la activación genética eran causados por un tipo de modificación química llamada metilación, que implica la adición de un grupo metilo al ADN”.
En los cultivos tridimensionales que contienen una matriz de colágeno, las células similares a las normales formaban túbulos que se asemejaban a una glándula mamaria normal, mientras que las células transformadas también daban lugar a masas sólidas. Las células que producían masas sólidas en el colágeno, producían túbulos cuando recibían ácido retinoico durante 15 días. En contraste, las células invasivas y tumorales no generaron túbulos en respuesta al tratamiento con ácido retinoico, incluso en combinación con un fármaco que activa a RAR-beta al inhibir la metilación del ADN.
Los resultados sugieren que el ácido retinoico puede detener la progresión tumoral en los inicios pero no en momentos temporales posteriores porque los cambios genéticos asociados al cáncer se vuelven demasiado graves. “Parece ser que no existe forma de revertir los tumores con ácido retinoico cuando se vuelven demasiado avanzados”, señala Fernández.
El estudio también muestra que el estatus de metilación de RAR-beta puede actuar como un marcador biológico de la detección temprana del cáncer de mama. Además, los fármacos que reactivan este receptor al disminuir la metilación del ADN podrían ayudar a los pacientes de cáncer de mama. Estos medicamentos están ya siendo utilizados para controlar un tipo de leucemia, por lo que podría ser aprobado para el tratamiento de otras enfermedades.